viernes, 3 de diciembre de 2010

EL ORGULLO DE SER ABUELO

Te lo aseguro Pascual

Ya no hay más que resignarse
El que pudiendo casarse,
No se casa hace muy mal.

   Ya vea tu que situación,
La tuya, que desengaño,
Llegar a los setenta años
Achacoso y solterón.

   Un hombre de tu fortuna
Sentado en esa poltrona,
Sin más cariño que el de
Una ama de llaves gruñona.

   Y cuando enfermes de veras
Aquí a cuidarte vendrán,
Tus sobrinos que estarán
Deseando de que te mueras.

   Pero así estás bien, corriente
Es tu gusto y se acabó,
Pero en este asunto yo,
Opino distintamente.

   ¡Ese egoísmo fatal!
Viva solito el que quiera,
Yo sin familia me hubiera
Muerto hace tiempo, Pascual.

   Pero miro mis goces completos
Cuando sentado en mi casa,
Me contemplo rodeado
De mis nietos de mi alma.

   ¡diez nietos, un batallón!
¿tu no los conoces? No,
Son encantadores los diez
Rubios como querubines.

   Sanos, con unas mejillas
Y con unas pantorrillas
Que tienen los chiquitines.

   Y que ganas de comer
Estas ellos malos, quia
Tan hermosos los habrá
Pero más no puede ser.

   Solo hay uno de ellos, Pepe
Que el pobrecito está cojo,
Es chato y bizco de un ojo
Pero sabe más que Lepe.

   Cuando con su pata coja
Viene y me mima el maldito,
Consigue de su abuelito
Todo lo que se le antoja.

   Por supuesto, la verdad
Todos aunque están mimados
Son chicos muy aplicados
Saben una atrocidad.

   Tu no puedes comprender el amor
Tu ¿Qué entiendes de eso?
Sabes tu ¿lo que es un beso de un nieto?
Que has de saber tu de eso.

    Es la esencia del amor
Es la dicha apetecida,
Es la caricia mayor
Es algo que da la vida.

   Es ver en el mundo un cielo,
Yo a Dios con ferviente anhelo
Solo una cosa le pido,
Que para morir en calma
Cuando me llame a su lado
Me contemple rodeado
De mis nietos de mi alma.





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